Joker: un anudamiento que da existencia a lo peor

marzo 17, 2020

Por Carla Bravo-Reimpell *

Una máscara hecha de risa no es suficiente. El horror de lo que Arthur escucha por la radio, el drama de una ciudad en absoluta decadencia, no queda oculto tras este frágil sostén imaginario. Así, la máscara se resquebraja para dar paso al llanto, haciendo patente como la risa no logra esconder, hacer olvidar el caos.

Para el futuro Joker, hay una imposibilidad para dar sentido a lo que se vive: es así como, frente a la trabajadora social, dará cuenta de su absoluta perplejidad al preguntar “¿son ideas mías, o cada vez está peor allá afuera?”. Un primer corte, una ruptura de las asociaciones, de las ideas en relación con el drama que se vive en la ciudad, que no será el único. Otro signo nos habla también de la profunda discontinuidad que caracteriza la relación de Arthur con el lenguaje: cualquier acontecimiento o situación que toque lo dramático o conflictivo desencadena en él algo distinto al poder tomar la palabra, ya que una risa descontrolada invade su cuerpo ¿De dónde proviene esta risa, que podemos considerar su síntoma al comienzo del filme? Es la huella, la marca significante del dicho materno – “siempre me dice que sonría y ponga mi mejor cara, mi destino es llevar la risa y la alegría al mundo”– en su impacto sobre el cuerpo. Así, Arthur ha sido apodado por su madre, es “FELIZ”. Sin embargo, ¿cómo enlazar esta sentencia traumática con la vida de abuso que vivió en su infancia, y que constituye su drama particular? Es allí donde se desvela la desconexión profunda, la escisión que atraviesa a este personaje, y que viene a su vez de la desconexión de la realidad que sufre su propia madre.

Y si bien Arthur intenta anudarse, hacer uso de este real para inscribirlo en el Otro de lo social a partir del “hacerse comediante”; por otro lado, vemos como el chiste en su vida es un chiste no logrado, y por tanto esta posición en torno a “hacer feliz al otro” no puede sostenerlo en la vida. Cuando dice un chiste, no provoca la risa; cuando lo escucha de otros, surge en él una risa distinta a la que toma su cuerpo en los momentos menos oportunos: esta otra risa es forzada, artificial y a destiempo, en tanto no está articulada en el discurso.  Ni este intento de solución, ni las suplencias delirantes que comienza a elaborar, centradas en la posibilidad de “hacerse de un padre” a partir de su relación con el hombre de los medios Murray o con el millonario político Wayne, servirán para aliviar su sufrimiento subjetivo.

Ahora bien, ¿qué acontece en la vida de Arthur para operar cambios en su síntoma, y que marcará un momento de inflexión en la trama? Pienso que principalmente dos eventos contingentes: por un lado, llega a sus manos un arma; por el otro, tiene lugar la escena en el metro. Es en esta secuencia en la que una mujer es objeto de abuso por parte de tres hombres, con su acento de drama, que se desencadenará nuevamente su risa sin control. Pero, a diferencia de lo que sucede en otros momentos del filme, en los cuales sólo hay risa y el desprecio o la incomprensión de los que lo ven en ese trance, en esta escena Arthur decide hacer uso del arma. Y mata. La escena en el baño público, posterior al acto homicida, nos servirá para apreciar cómo éste deviene en una nueva satisfacción corporal para Arthur, de lo cual su danza dará cuenta, a diferencia de los estragos que suele causar la risa en él. Luego de este hecho, comentará a la trabajadora social: “… hasta hace poco era como si nadie me viera nunca. Ni siquiera yo sabía que en realidad existía…pero sí existo y la gente está empezando a notarlo”, marcando el viraje que se dará, para dejar atrás a ese que anteriormente escribió en su cuaderno: “solo espero que mi muerte tenga más sentido que mi vida”. La disyunción entre el ser “FELIZ” y el drama de su infancia, se revierte hacia un enlace de sentido que determinará su nuevo síntoma: “Creí que mi vida era una tragedia, pero ahora me doy cuenta de que es una maldita comedia”. Hacer del drama una comedia: de ahora en adelante, él generará los dramas, que disfrutará como comedias, adoptando el nombre “JOKER” para dejar de ser “FELIZ”. Y así, este singular arreglo le permitirá hacer un nuevo lazo social, para insertarse en el mundo de la peor manera. Porque si bien Arthur logró una solución, un síntoma diferente a aquel que lo mortificaba, y un lazo en lo social que le da existencia; por otro lado, no podemos obviar que es una solución que implica un “cinismo hondamente pesimista” [1]. Es quizás el mismo cinismo que caracteriza a Murray, quien hace de la tragedia de los otros una burla; y a Wayne, quien con su torpe discurso segregativo toma a los sectores menos favorecidos como el objeto de su desprecio al llamarlos payasos.

Este desenlace nos sitúa en la pregunta: ¿cómo entender y cómo operar, desde el campo del psicoanálisis, con la paradoja que implica que la solución al sufrimiento de un individuo, devenga en el sufrimiento del colectivo, en tanto esta solución implique la asociación con lo delictivo? Más aún, ¿qué responsabilidad se puede atribuir al Joker cuando nos veamos tentados a pensar que, frente al malestar en lo social y a su propia historia de vida, acaso no le faltó razón para elegir el camino que eligió?

Desde la enseñanza de Lacan, sabemos que el reconocimiento de la causalidad en la determinación psíquica de cada sujeto no borra su responsabilidad en el asentimiento -o no- frente a lo que ha recibido del Otro. En este sentido, la teoría de Lacan “reserva un lugar para decir sí o decir no” [2], reconociendo aún en la psicosis una “insondable decisión del ser” [3], un consentimiento dado porque “de nuestra posición de sujeto somos siempre responsables” [4]. Entonces, el sujeto, desde el psicoanálisis, es un sujeto que toma posición en relación con la estructura que lo determina, con sus soluciones sintomáticas y con su enunciación, y por tanto es responsable de esta posición más allá de los hechos que puede haber vivido. Esta concepción, si bien impresiona radical, por otro lado, es la única que, desde la lógica, otorga libertad al sujeto, y justifica que pueda emprender un trabajo psicoanalítico. Desde esta misma perspectiva, podríamos también preguntarnos por la responsabilidad de las personas que hacen del Joker un líder a emular. Más allá de la posición cínica a la que hice referencia con relación a los líderes políticos como el Sr. Wayne, ¿qué implicaciones tiene la elección de un líder desde la fe, desde la certeza absoluta, como la que encarna la mamá de Arthur? Para J-A. Miller, el loco “…ya no es solo el que comete un error [valga decir, el que delira], sino [el que cree en este error] según cierto modo, adhiere a él, le da su consentimiento a partir del hecho de que eso tiene sentido para él” [5]. De allí que el colectivo, si bien causado por los dichos de Wayne, por otro lado, ¿no es a su vez responsable de su elección por su determinada creencia?

Un último comentario, referido a la transferencia. Arthur logró entregar su cuaderno, en el que se leía, entre otras cosas, “solo espero que mi muerte tenga más sentido que mi vida”. Esta frase, este cuaderno, no fue alojado en dispositivo alguno. Tan sólo fue devuelto por la mano de quien dejó entrar su fantasma en escena. Cuando al final del filme, en el hospital psiquiátrico, se da espacio para que el Joker hable del motivo de su risa, simplemente ya es demasiado tarde.

Referencias:

  1. Freud, S. (1905): El chiste y su relación con lo inconsciente. Obras completas. Volumen VIII. Segunda edición, 2014. Buenos Aires: Amorrortu Editores, p.107
  2. Miller, J. A. (1987-88): Causa y consentimiento. Los cursos psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller. Primera edición, 2019. Buenos Aires: Paidós, p.20
  3. Lacan, J. (1946): Acerca de la causalidad psíquica, en Miller, J.A.: Causa y consentimiento. Los cursos psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller. Primera edición, 2019. Buenos Aires: Paidós, p.19
  4. Lacan, J. (1965): La ciencia y la verdad, en: Miller, J.A.: Causa y consentimiento. Los cursos psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller. Primera edición, 2019. Buenos Aires: Paidós, p.19
  5. Miller, J. A. (1987-88): Causa y consentimiento. Los cursos psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller. Primera edición, 2019. Buenos Aires: Paidós, p.61

Warner Bros Pictures: [Foto 1] Recuperado de: https://www.rcnradio.com/entretenimiento/joker-y-una-rara-hazana-en-la-taquilla

Warner Bros Pictures: [Foto 2] Recuperado de: https://www.milenio.com/espectaculos/cine/joker-joaquin-phoenix-cambio-escena-bano-volvio-magistral

TIFF: [Foto 3 ] Recuperado de: https://www.screendaily.com/news/joaquin-phoenix-to-receive-tiff-tribute-actor-award/5141831.article

IMDB: [Foto 4] Recuperado de: https://spoiler.bolavip.com/cine/confirmado-joker-tendra-segunda-parte-secuela-con-warner-bros-dc-20191120-0003.html