“Contaremos con la visita de un colega de Chile”, escuché decir en días recientes. Pese a saber que la respuesta sería obvia, pregunté “¿visita?” En realidad, una reunión vía Zoom.
Las palabras dan testimonio con frecuencia de esa capacidad estructural que les permite ir deslizando sutilmente los significados sin que siquiera nos demos cuenta. Pero, ¿estos desplazamientos están siendo facilitados por las oportunidades que brindan los medios virtuales, cuyo uso en estos momentos se ha tornado excesivo? Si bien el mundo virtual ha irrumpido en nuestra vida mucho antes de este evento de salud contingente, quizás la pandemia ha descorrido el velo que muestra cómo estos medios están colonizando los espacios que antes involucraban la presencia de las personas, una presencia que es la de un cuerpo más allá de una imagen fragmentada, con la cadencia de una voz, con un tacto que propicia el roce, con una respiración que da cuenta de los sobresaltos de las emociones.
Los encuentros, como sabemos, ahora se dificultan o simplemente se tornan imposibles, y esto implica una pérdida. ¿Podrán las palabras dar cuenta de esta pérdida, nombrar la ausencia de visitas en estos tiempos, o en su deslizamiento incesante y con la colaboración de las pantallas, continuarán encubriendo que algo nos falta?
Imagen: La visita, por Felix Vallotton. Suiza, 1899. Tomado de: https://historia-arte.com/obras/la-visita